domingo, 16 de febrero de 2025

-Relato 5 de Vicente Ibarra

Cita en RRHH 


Llego a mi lugar de trabajo a la hora de siempre, esta vez hace más frío de lo común y me encontró fuera de mi residencia lo invernal de la ciudad, ahí a la salida de mi edificio me encontré viendo los parabrisas de los autos escarchados, algunos que los vecinos dejaron encendidos para calentar el motor, otros autos también vi que tenían las ruedas pinchadas y algunas llantas robadas asumí prematuramente, aunque no necesariamente erré, puede que haya sido el resquicio de lo que quedó de lo robado de los coches que hace algunas semanas vimos en los boletines que dejaba la comunidad en las casetas de correo. También veo lo poco que falta para que salga el sol y la blanqueada superficie del pasto cuando voy caminando a orillas del parque que todos los días recorro en mi trayecto matutino al laburo. Quizás salí de casa – si la puedo llamar así- más desabrigado que de normal, o más bien me confié de sobra en relación al pronóstico del clima que vi anoche -lo digo todo mientras me sigo frotando las manos-, el caso es que siempre tengo estas conversaciones cuando voy camino al trabajo, no puedo pasar mucho tiempo sin hablar conmigo, después de unos días se hace aburrido el silencio de la madrugada. 

-Dígame, ¿esto a qué viene al caso en relación al motivo por el que se le ha citado a esta oficina? -Me preguntó el evaluador de recursos humanos, pero continué mi relato, él siguió escuchando, pero yo me apresuré a contestarle. 

Bueno, como de costumbre a las 08:00 de la mañana subo a la oficina, me llevo un café de la máquina que tienen en la recepción del edificio << sabe mal, muy mal, pero es gratis >> -le comenté, luego continué diciendo <<y entonces me adentro en el ascensor. Bajo a mi planta, se abren las puertas y saludo a mis compañeros>>.

-Sí. Usted baja a su planta, entra en su oficina, saluda a sus compañeros. Pero luego, ¿cómo llegó al punto de hacer la intervención que lo trajo hasta aquí? -Replicó el evaluador.

<<Después de media jornada>> le contesté con voz normal, como la que tengo cuando hablo conmigo en el parque camino hacia acá. Veo que está un poco confundido o insatisfecho mi evaluador y me propone un intermedio, un descanso, me ha pedido que a la vuelta sea lo más conciso y breve para esclarecer los hechos. Yo acepté, él entró en otra oficina dentro del piso en la planta de recursos humanos, yo preferí ir al baño. Así que ahora parto hacia allá, mirarme en el espejo me despeja algunas dudas que tenía hasta ese momento, pero me estoy haciendo pis así que entro a unos de los cubículos con retrete -no me gusta que me vean orinar en los orinales-, al volver para lavarme las manos veo en el espejo del plácido lugar las manchas de sangre que tengo en la camisa desde hace un rato. Esto se me hará un poco difícil al sacarlas, creo que necesitarán más de un lavado en la lavandería del edificio donde vivo -si se le puede llamar así, digo- quizás me cueste lo mismo que llevarlas a una tintorería básica, el precio ya dejó de ser conveniente. Bueno, ya veré. Saco un par de toallas desechables y las boto en la basura <<ya tengo las manos limpias>>.


Toco la puerta del despacho de mi evaluador, me hace sentarme en una silla diferente a la que tenía antes de ir al baño. Sentado ya ordeno un poco la secuencia y se la comento.

PRIMER PULSO

Individuo: Claro, lo que yo te digo (se da cuenta que está tuteando) ¿Perdone, le puedo tutear?

Evaluador: (Mientras revisa una ficha) Eh, sí. Claro.

Individuo: Bueno, lo que le estaba diciendo es que no me sentí afortunado en ese momento. Pero no por nada, pasa que cuando sucedió el hecho yo estaba intranquilo. No por nada, entonces cuando sonaron las sirenas yo no supe qué hacer, como que se me iba el aliento, como que me faltaba el sosiego… y el oxígeno por el humo. Bueno, entonces no encontraba dicha, y mis manos se precipitaron, bueno, yo pensé en precipitarme también, la verdad. Pero el instinto es más rápido que uno, ¿me entiende?, entonces a lo que me refiero es que yo estaba agobiado en ese momento porque siempre me dijeron en la oficina: (con tono serio y demandante) “¡usted puede hacer lo que quiera en la jornada, mientras no interfiera con mi negocio, ni perjudique el tiempo que le pago!”. (Vuelve a su tono natural) Más que todo, fue por instinto. 

Evaluador: (Jugando al interés) Instinto.

Individuo: Instinto, sí. Y se me vino arriba…/

Evaluador: ¿El instinto?

Individuo: ¡Sí!, se me vino arriba el instinto cuando sonaron las sirenas, las sirenas que le comenté.

Evaluador: ¿Antes o después del hecho que lo trajo hasta aquí?

Individuo: (Breve pausa, reflexiona) ¿Mmm, eso importa?

Evaluador: Claro. Es que yo no estuve ahí, y los que estuvieron y presenciaron “el hecho” me mandaron a mí a evaluar su situación porque fue muy duro para ellos verlo, ver “el hecho”. Entonces prefirieron mandarme a mí a modo más parcial. Yo tuve que dejar mi almuerzo enfriándose y acercarme a la oficina. Y bueno, aquí estamos para esclarecer “el hecho” que nos convoca.

Individuo: Bueno, en ese caso… fue después del hecho. 

Evaluador: Ya.

Individuo: Y las sirenas…

Evaluador: Sí, eso. ¿Qué hay de las sirenas?

Individuo: Pues, no eran de la policía. 

Evaluador: Interesado le replica. No eran de policía.

Individuo: Claro.

Evaluador: Jugueteando. ¿Entonces de quiénes eran?

Individuo: Serio. Eran del mismo edificio, entonces empezaron a sonar luego de… bueno, del hecho.

Evaluador: Jugueteando. Empezaron a sonar entonces porque usted… lo quemó.

Individuo: Se siente interpelado, juzgado. Sí. Bueno, así suena extraño decirlo (excusándose). Pero yo le prometo. Yo le juro, que eso no lo puedo controlar. Cuando se me mete en la cabeza no puede escapar. 

Evaluador: ¿El instinto?

Individuo: Claro, cuando se me mete el instinto en la cabeza no puede escapar. 

Evaluador: Mm.

Individuo: En cada pájaro hay una jaula, caballero, yo tengo una pequeñita, bien guardada, que cuando más bien me siento empieza a sonar, a agitarse entre las paredes de mis costillas. 

Evaluador: ¿Cómo suena?

Individuo: (Hace rítmica en su pecho o cuerpo mientras vocifera) Tucum, tucum, plush, plash.

Evaluador: Mm…

Individuo: Tucum, tucum, plush, plash.

Evaluador: Tucum tucum. Procede a anotar en su libreta mientras entra en el ritmo.

El individuo gradualmente acelera el ritmo del sonido que describe mientras el evaluador rellena un escrito.

Luego de un momento interrumpe el evaluador la sonoridad del individuo cortando su vociferación rítmica.

Evaluador: ¡Hey! (Llamando la atención del individuo con un chasquido de dedos y un temple más serio). ¿Por qué dejó rastro?

Individuo: (Mirando atentamente al evaluador luego de que le llamara la atención. Al dejar correr un instante contesta) Porque escuché la sirena, y me aturdí. 

Evaluador: Pero lo encendió, el hecho.

Individuo: Sí. Es un hecho que le prendí fuego.

Evaluador: (Cada vez que se menciona “el hecho” se le da una connotación clara de intriga y seriedad) No. Me refiero al “hecho” por el cual usted está aquí, usted encendió el “hecho”.

Individuo: Sí, pero sin querer, más bien, lo puse mucho tiempo en el microondas de la empresa, y empezó a salir humo porque se rostizó. Entonces cuando pasó eso sonó la sirena del humo, pero por dentro estaba incinerado.

Evaluador: (Anotando en su libreta) Por dentro incinerado, ¿por fuera?

Individuo: Se rostizó. 

Evaluador: ¿Cómo?, no le entiendo…

Individuo: Pues eso, que por dentro estaba incinerado, pero por fuera se rostizó.

Evaluador: Claro. Pero ahí es donde no le comprendo, eso qué quiere decir. ¿Se rostizó? En eso es donde no le entiendo.

Individuo: Que se rostizó, que empezó a echar mucho humo hacia fuera.

Evaluador: Sí.

Individuo: Entonces “el hecho” como que… se empezó a tornar en otros tonos, se puso de color rojizo accidente a morado venganza, y luego más negro y ceniza casi como carbón cabrón.

Evaluador: ¡Ah!, usted quiere decir que se chamuscó. ¡Se chamuscó!

Individuo: ¡Eso, se chamuscó! 

Nos reímos con cierta confianza. Reiteramos brevemente esa información hasta que se generó algo de silencio.

Evaluador: (Cortando el bueno rollo) Bien, repasemos (Seriamente y ágil), ¿Por qué le cortó los dedos a su compañero y los puso en el microondas?


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