domingo, 23 de febrero de 2025

-relato 5 B Iván Muñoz de Morales

La Musa


–El azar cuántico crea un un entrelazamiento de realidades, provocando un colapso en el que se produce un hueco en la estructura del universo que puede utilizarse como punto de acceso.

–¿Cómo conoces esas palabras si eres una niña? ¿las has leído en algún libro?

Dicen los poetas que no se sabe lo que pienso ni lo que siento, pero qué puedo verlo todo.

El médico viste una bata que se usaba en los consultorios de la década de 1960, en la división de Estudios de la Percepción de la Universidad de Virginia, donde se recopilaron y analizaron numerosos casos de niños que afirmaban recordar vidas pasadas. Algunos de estos incluían manifestaciones de xenoglosia, donde los individuos demostraron conocimiento de idiomas que no habían aprendido en su vida actual. El pelo del médico es canoso y su textura es semejante a la de unos alambres.

–¿Podrías volver a repetir por qué has decidido venir a este lugar tan lejos de tu casa?–. 

–Las estatuas de la Grecia antigua reflejan de forma poco fidedigna la realidad del mundo clásico, mientras que las pinturas y obras en color del Renacimiento, con su tonos pastel y el grosor de los cuerpos retratados, escenifican la historia de ese pasado de manera más veraz, especialmente los cuadros que retratan a Urano, dios del cielo y Gea, diosa de la tierra. Las musas según los estudios académicos y filológicos, descienden de estos dos seres. La primera fue Mnemosyne la musa del recuerdo y de la memoria, que creó el concepto de arte, ciencia y magia, y que luego alumbró al resto de las nueve–. –El dios Apolo me dijo que es el protector de ellas. “Cree el oráculo de Delfos para vuestra adoración”.

–Hay pocas representaciones de las sacerdotisas del dios, las pitias, que desarrollaron el primer arte de la humanidad: el arte de contactar con los dioses.

–¿Por qué me cuentas todo esto?

–¿Qué tiene que ver con lo que te he preguntado?

–¿Por qué miras para arriba y para los lados? ¿A quién estás hablando?

–¿Quieres que te traiga papel y colores para que sigas haciendo dibujos de tu amiga la Musa?

–Como te he dicho, humano tonto e ignorante, creía que por trabajar en el CERN, El laboratorio de física de partículas más grande del mundo, situado en la frontera entre Suiza y Francia, cerca de Ginebra, fundado en 1954 y que se ha convertido en el epicentro para la investigación de los componentes fundamentales de la materia del universo, serías más inteligente, pero ya veo que el arte de la psiquiatría está por debajo del de la astrofísica. 


–Anaya kumari, te he dicho que tienes que dejar de hacer dibujitos todo el día y hacer los deberes del colegio.

Mi madre está cocinando las cachas porque es la única comida que se puede hacer con el dinero que tenemos, pero yo le digo que no me gustan y ella me dice que, si no como, no tendré fuerza para hacer mas dibujos. También dice que tengo que dibujar menos y hacer los deberes del colegio.

En Mymensigh, cuyo nombre es similar a Mnemosyne, para los que creen en causalidades y no en casualidades, no hay colegios. Hay un cuarto que está sucio, húmedo, donde la profesora de ojos verdes, piel oscura y cabello negro enseña a muchos niños. No se pueden pegar dibujos en las paredes porque no hay paredes. 

En el barrio de la familia de Anaya Kumari, Anaya significa “única” y Kumari es un apellido común en castas bajas de la india, y de su madre Sundari Devi, viven los Dalit, una rama de los intocables que no pueden relacionarse ni mezclarse con el resto de las personas.

Mi madre está enfadada y me castiga porque pinto mucho y lleno las paredes de letras en un idioma que dice que no puede entender. 

–Las palabras que están escritas rodeando toda la estructura de la chabola del barrio de los intocables de la pequeña ciudad cercana a Bangladesh, no pertenecen a ningún vocabulario usado actualmente, si no más bien a mi vocabulario, uno que emplea el griego jónico perteneciente a los siglos VIII-V a.c. Un dialecto usado por los primeros filósofos presocráticos, como Heráclito, Tales de Mileto y Anaximandro, quienes exploraron el orígen del universo, la naturaleza humana y el conocimiento griego de los siglos V-IV a.c.

 –Este dialecto fue la base  del lenguaje de la razón y de la poesía, que posteriormente utilizaron pensadores como Sócrates, Platón y Aristóteles, quienes establecieron las bases del pensamiento filosófico occidental. Además, fue la lengua de grandes dramaturgos como Sófocles, Esquilo y Eurípides; conectándose todo esto con la función de las musas como inspiradoras del arte. 

Cuando le cuento estas cosas a la profesora, me dice que esta tarde después de la escuela llamará a mi madre. Pero no puede llamar a mi madre porque no tiene celular. 

Varios días después Anaya está enferma, postrada en su cama. Las cuencas de sus ojos son de color negro, tiene sudores fríos, el cabello emite calor al tacto, ha empezado a sangrar por las uñas y ocasionalmente babea por la boca.

–Ego, thygater Gaias kai Ouranou, dei moi eis tonde ton kosmon elthein kai ta horia hyperbainen.

Pero la madre no me entiende.


En 1974, Stephen Hawking propuso que los agujeros negros no son completamente oscuros, sino que emiten una forma de radiación debido a efectos cuánticos cerca del horizonte de eventos. Esta “radiación de Hawking” implica que los agujeros negros pueden perder masa y, eventualmente, evaporarse con el tiempo. 

Algunas teorías sugieren la posibilidad de que se formen microagujeros negros en colisionadores de partículas como el LHC. Sin embargo, estos serían extremadamente pequeños y se evaporarían casi instantáneamente debido a la radiación de Hawking, sin representar peligro alguno.

Estas teorías e hipótesis cientificistas, están siendo puestas en entredicho, a medida que estoy consiguiendo crear una radiación que está causando anomalías en el espacio-tiempo local, con distorsiones visuales y electromagnéticas, las cuales han alertado al Centro de Investigación Atómica Bhabha (BARC) en Mumbai, provocando que hayan tenido que enviar un equipo especial de revisión radiactiva.

Los vecinos de mi barrio han achacado los extraños sucesos que últimamente han sucedido, a la leyenda de la “diosa dormida”, un ser que se despierta cada vez que los humanos dejan de creer en lo trascendente. Como el epicentro de la actividad paranormal es la casa de Anaya, todos culpan a mi familia y nos suplican que nos marchemos del lugar.

–Deben abandonar esta tierra para que el barrio pueda recuperar el equilibrio. El brahmán, vestido con collares de huesos y con el pecho y la frente manchados con las cenizas de un cadáver, recorre la propiedad portando un recipiente de incienso. Las vecinas gritan y lloran en la puerta.

Sundari me coge en brazos y sale corriendo de la casa, llorando. Pide compasión a los vecinos, pero estos se alejan de ella. Uno le tira una piedra. Varios empiezan a tirarle piedras.

–Por favor regresen a sus casas, les pedimos por favor que regresen a sus  casas. 

–Esto es una alerta oficial del gobierno de Mumbai y del Centro de Investigación Atómica Bhabbha. Se ha detectado un incremento inusual de radiación en esta área. Pedimos a todos los residentes que permanezcan en sus hogares. No intenten evacuar por cuenta propia hasta recibir nuevas instrucciones. 

Veo un equipo que avanza en formación cerrada, con pasos firmes. Visten trajes de protección, gruesos y de color blanco grisáceo con franjas reflectantes en los brazos y piernas. Cada uno lleva una placa identificativa con su nombre y el logo del BARC en el pecho, mientras que en la espalda pueden leerse unas grandes letras en hindi y en inglés “Respuesta Nuclear-BARC”. Los cascos de policarbonato, reforzados con una película dorada antiradiación, ocultan sus rostros. Desde los costados de los casos, pequeños micrófonos y transmisores permiten comunicarse por control remoto.

Un hombre alto, de complexión robusta, saca un medidor Geiger con la mano derecha. el cual emite un sonido de clic-clic-clic, mientras analiza la radiación del aire. A su lado, otro científico de complexión menuda, manipula un espectrómetro portátil que es de forma rectangular y que tiene una pantalla brillante donde fluctúan unos datos en tiempo real.

Detrás de ellos, dos técnicos arrastran un contenedor de plomo montado sobre ruedas, un cilindro grueso que tiene grabado en la superficie el símbolo internacional de radiación: un trébol negro con tres aspas sobre un fondo amarillo. El interior del maletín tiene una cápsula que puede contener cualquier material radiactivo.

Un hombre de complexión delgada que sostiene un mando conectado a un pequeño dron, pulsa un botón y el dispositivo se eleva en el aire y transmite imágenes térmicas de la zona a un pequeño monitor.

–Hola soy la doctora Priya Mehta del BARC. Por favor, su hija y usted deben acompañarnos.

–Mami, por favor, no te olvides llevarte las pinturas para que pueda dibujar y escribir.


Mi cuerpo físico es llevado por las instalaciones del centro fundado en 1954 por el doctor Homi Jehangir Bhabha. El centro ha sido fundamental en el desarrollo del programa nuclear del país. El perímetro y el interior alberga diversas instalaciones especializadas. Las más importantes son el reactor nuclear de investigación, que se caracteriza por su estructura robusta y sistemas de seguridad avanzados. El centro cuenta con laboratorios de alta seguridad equipados con tecnología de última generación, para investigaciones de física nuclear, química, biología y ciencias materiales.

El personal está compuesto por científicos, ingenieros y técnicos altamente cualificados, que visten equipo de protección según los protocolos de seguridad radiológica. Las instalaciones están diseñadas para garantizar la seguridad y eficiencia en la investigación y desarrollo de tecnologías nucleares. 

Dejan mi cuerpo en una habitación que actúa como un búnker de aislamiento y se llevan a mi madre a otra sala cercana. Ella no puede verme a mí, pero yo sí puedo verla a ella. Mnemosyne, la primera de las musas, puede verlo todo, pero no se sabe lo que pienso ni lo que siento.

–Si, yo soy la doctora Priya Mehta, ¿Quién es usted ?

–Soy el doctor Arun Malik, miembro del equipo directivo del laboratorio de la Organización Europea para la Investigación Nuclear.

–¿Del CERN?. Nos hemos puesto en contacto con ustedes porque tenemos un   caso anómalo. Creemos tener a un sujeto que muestra efectos de radiación pero que el lugar del que procede, al ser analizado tras la marcha del sujeto, no mantiene el más leve rastro medible de alteración electromagnética o fenomenológica. Sin embargo, el sujeto muestra alteraciones fisiológicas y neurológicas, con estados alterados de conciencia y xenoglosia. Aunque las constantes vitales no parecen estar en peligro, el creciente nivel de factor radiológico en su interior nos parece muy preocupante. Habiendo realizado todo el protocolo y análisis pertinente, considero que su laboratorio debería encargarse de este caso.


Las sacerdotisas recogen las hierbas que les permiten comunicarse conmigo y se dirigen al templo para realizar sus labores. En los tiempos antiguos, cuando las antiguas deidades caminaban entre los mortales, Gaia, la titánide madre del resto de dioses, había alumbrado a la serpiente Pitón, guardiana de la gruta sagrada de Delfos. Su aliento venenoso envolvía la entrada en una bruma impenetrable.

Apolo descendió del Olimpo con su arco de oro y desafió a la bestia en una batalla que duró años. Con flechas que estaban imbuidas con la luz de su padre Zeus, finalmente atravesó la carne y escamas de la gigantesca serpiente y tiñó de sangre las laderas del campo de batalla. Su sangre recorrió el valle y se introdujo entre las grietas de la tierra cercanas a la gruta que custodiaba. La bruma se transformó en un vapor que provocaba visiones en aquellos que se encontraran en sus cercanías. Apolo fué el primero en sufrir los efectos y decidió que aquella gruta estaría dedicada a la madre tierra, honrando el poder y sabiduría de la criatura muerta, llamando sibilas y pitias a sus sacerdotisas. Decidió entonces crear el primer arte, el arte que daría origen a todos los demás, a la ciencia y a la religión. 

Me invocó a mí, musa del recuerdo, como puente entre la voz divina y el mundo material.

–Yo te llamo hija de Gea y de Urano, yo te llamo esposa de Zeus. A través del veneno de la serpiente del mundo antiguo, trae de los infiernos del Tártaro la sabiduría y el conocimiento para que mis hijas, al inspirar los vapores sagrados, puedan inspirar a otros y hacerles recordar que la belleza y la pasión por la vida son hijas de la magia y la creatividad.

La sacerdotisa más joven se acerca a la más anciana y le entrega el hongo sagrado.

La noche ha caído sobre el santuario de Delfos. El viento desciende por las escaleras que llevan al templo, donde parpadea una luz dorada. Bajo la gran cúpula subterránea, un círculo de mujeres, vestidas con túnicas de lino blanco, entona cánticos.

El humo del laurel ardiente impregna el aire, mezclado con el aroma de la miel y el aceite de oliva derramado sobre el suelo sagrado. En el centro hay una gran fuente de bronce, que refleja la llama de los candiles y proyecta sombras en las paredes.

–Ha llegado la hora. 

Los ojos de la sacerdotisa anciana se alzan hacia la estatua de Apolo, pero me invocan a mí.

Las demás sacerdotisas responden inclinando la cabeza. Una de ellas, la más joven, se adelanta al trípode sagrado, la piedra de ónice sobre la que se han pronunciado muchas de las profecías sagradas. Se arrodilla lentamente, dejando que el humo la envuelva, mientras sus dedos tocan el suelo frío de piedra. 

Mnemosyne, madre de la memoria, guardiana de los recuerdos de los dioses y de los hombres–susurra la anciana–.

–Te llamamos desde la niebla del tiempo, desde el reino de los pensamientos olvidados.

–Ven a nosotras, como la marea regresa a la orilla. Habla a través de la elegida.

La joven Pitia, en el centro del círculo, comienza a respirar con dificultad. Sus ojos se cierran, su cuerpo se arquea y contorsiona, y sus labios se entreabren. Un susurro emerge de su boca, pero soy yo quién habla.

–El mundo olvidará.

Las demás sacerdotisas no respiran. Las lámparas de aceite parpadean.

–El hilo será cortado. Los hombres abandonarán el arte de recordar.

La anciana Pitia se arrodilla y toca la frente de la joven.

–¿Qué debemos hacer, Madre de la Memoria?¿Cómo podemos impedir que el hilo sea cortado?

La joven abre los ojos de golpe. Sus pupilas tenían el color de un abismo negro brillante.

–Vendré cuando la razón me haya desterrado.

–Vendré cuando el fuego sagrado se transforme en metal y los dioses sean reducidos a símbolos de piedra olvidados.

–Vendré cuando los hombres ya no recuerden el orígen de sus propias almas.

–Regresaré cuando el abismo que me cubra sea iluminado por los gritos de los apóstatas de una época en la que la tiranía sea no creer en nada.


La estatua de Shiva en el CERN fue obsequiada por el gobierno de la India en 2004. Mide dos metros de altura y muestra a Shiva Nataraja, una de las manifestaciones de la deidad hindú, en su danza cósmica de creación y destrucción. 

Esta estructura se encuentra entre los edificios cercanos al LHC, el gran colisionador de hadrones, el acelerador de partículas más grande y energético jamás construido. Consiste en un anillo subterráneo de 27 kilómetros de circunferencia, ubicado a 100 metros bajo tierra. Dentro de este túnel, haces de protones se aceleran a velocidades cercanas a las de la luz antes de colisionar en puntos específicos, recreando condiciones similares a las del Big Bang.

Alrededor del anillo de LHC, se encuentran varios detectores gigantes, como ATLAS y CMS, que registran los resultados de las colisiones de partículas. Estos detectores son estructuras colosales, llenas de componentes electrónicos y sistemas de refrigeración avanzados.

En la superficie, el CERN cuenta con una serie de edificios administrativos, laboratorios y centros de control. El “Globo de la Ciencia y la Innovación” es una estructura esférica de madera, que sirve como centro de visitantes y símbolo del compromiso del CERN con la divulgación científica.

“Arun” que significa “amanecer”, está sentado al lado mío, mientras dibujo la estatua de Shiva. Aún mantiene la mirada en el frente, con los ojos mirando fijamente la escultura. Su boca ha dejado de pronunciar palabras desde hace una hora. 

Mientras tanto Anaya realiza su última obra.

La última conversación con el doctor astrofísico fue una síntesis de la causa de los acontecimientos presentes.

Le dije que la manifestación de Mnemosyne responde a una convergencia de factores cuánticos y cognitivos. La actividad del CERN ha generado fluctuaciones espacio-temporales que han debilitado la barrera entre la memoria arquetípica y la realidad. 

La niña, con una arquitectura neurocognitiva anómala, actúa como receptor óptimo, mientras que la crisis epistemológica humana ha alcanzado un umbral de disonancia informacional que permite la reinserción de patrones simbólicos perdidos. No es azar ni milagro, sino un ajuste sistémico predecible dentro de la física de la información, donde el arte, la ciencia y la metafísica colapsan en un nuevo paradigma cognitivo. 

La niña fue elegida por el azar cuántico de un momento perfectamente compatible con todos los demás factores. Cuando el doctor me preguntó la razón del porqué una musa en el caso de existir, usaría un lenguaje tan científico, le respondí: “La ciencia también fue creada por mí”.

La niña se acerca a la estatua, la abraza, y en ese momento un temblor de escala 6.0 recorre el perímetro.


Epílogo 

La montaña de basura del suburbio de Mumbai recibe la visita de miles de niños cada día. Es el lugar donde los pequeños de las castas intocables buscan entre los desechos algo con qué entretenerse las veces en las que no pueden ir a la escuela, porque no ha podido llegar la profesora. 

El niño de piel morena y ojos color esmeralda asciende hasta lo más alto del montículo y, desde arriba, observa al resto de los niños subiendo. Unos recogen ropa rota, otros cogen muñecos y peluches desgastados. Uno encuentra una consola de videojuegos dentro de una caja sin desenvolver.

Ha empezado a llover y todos los niños se van corriendo. 

El niño de ojos verde aún no ha encontrado nada que le interese. Mira al cielo y baja por el montón de basura.

Al llegar abajo se pincha el pie con un lápiz, lo coge y lo mira, luego se lo guarda en el bolsillo y se va corriendo, saltando sobre los charcos que ha empezado a formar la lluvia.



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